Benabarre está situado en el Prepirineo Oriental, en una pequeña depresión sinclinal entre los ríos Ésera y Cajigar, a 782 metros de altitud, entre la Sierra del Castillo de Laguarres al norte, y las sierras exteriores pirenaicas al sur, concretamente la del Montsec. Su caserío se encuentra emplazado junto a una colina sobre la que se levanta el castillo de los condes de Ribagorza, antigua fortaleza que perteneció a Ibn Awar, reconquistada en 1058 por Ramiro I.
La villa se encuentra enmarcada en la zona más oriental de Aragón, por lo que es punto de convergencia de las culturas aragonesa y catalana. A su vez está hermanada con la localidad francesa de Aurignac.
En los estudios previos a la comarcalización de Aragón, se valoró organizar una posible comarca que se denominaría “Ribagorza Oriental”, en torno a Benabarre. Esta división política no consumada se hubiera articulado en torno a la cuenca del Noguera-Ribagorzana y hubiera agrupado los pueblos catalano-parlantes de la zona. Finalmente ambas ribagorzas, oriental y occidental, se articularon en una misma comarca. La población está dedicada principalmente al cultivo de secano, entre los que destacan la vid, el olivo y el almendro, y posee una importante explotación ganadera: porcina y ovina principalmente.
Benabarre tiene también la tranquilidad que buscan quienes huyen de las grandes áreas de población, y ofrece una importante gama de servicios, tanto de restauración, como de hospedaje, acampada, instalaciones deportivas y de ocio (pistas deportivas, equitación, rutas de bicicleta,…).
En sus alrededores se encuentran interesantes rincones, como los pueblos deshabitados de Montgai, L’Estall, Montfalcó, Fet, Finestras, Soriana y Caserras del Castillo, que encierran parajes de enorme belleza tales como diversos congostos y la muralla de Finestras. Un “tesoro” de la zona, prácticamente desconocido, es la sierra del Montsec de l’Estall o Montsec de Aragón. Propuesto como LIC (Lugares de importancia Comunitaria) cuenta con una riqueza y encanto especial.
En materia de comunicaciones, en su término municipal transcurre la carretera N-230, que llega hasta el Valle de Arán.
El término municipal del Ayuntamiento de Benabarre cuenta con alrededor de 1.200 habitantes y comprende las siguientes localidades: Benabarre, que es el núcleo principal, Aler, Antenza, Caladrones, Castilló del Plá, Ciscar, Estaña, Pilzán y Purroy de la Solana.
El municipio tiene una superficie de 100 kilómetros cuadrados, y se sitúa dentro de las áreas de influencia de Graus y Barbastro, de los que dista a 16 y 36 kilómetros respectivamente. Por otra parte, la Comarca de la Ribagorza, cuya capital administrativa se encuentra en Graus, tiene en Benabarre su capital histórica.
Las fiestas patronales de la villa son el 8 de junio en honor a su patrón San Medardo, de estas fiestas destaca la famosa pastorada entre el amo y el ramada, y su típico baile "El Ball dels Palitrocs". Se realiza la "Baixada dels Carricotxes", concurso de adornos de carrozas. Para el 8 de agosto se realiza "El Ball dels Salvatges", representacion que se ha recuperado recientemente. Es un tipo teatro con bailes con el fin de conquistar a una dama. El tercer fin de semana de agosto son las fiestas de verano. Tambien es bastante reconocida en la comarca de la Ribagorza su procesión de Semana Santa, atípica en este sentido porque los romanos que encabezan la procesion poco tienen que ver con los romanos que todos podemos conocer, es un traje de romano con influencias de soldado renacentista, toda una delicia visual para los turistas que quieran detenerse a contemplar esta procesion el Viernes Santo a las diez de la noche desde la plaza de la iglesia. Cabe destacar el Castillo de Benabarre, construido sobre un cerro estrecho y alargado de gran impacto visual. Los restos del antiguo castillo son origen de la segunda mitad del siglo XI. Todo el conjunto monumental pasa a ser propiedad del Ayuntamiento perdiendo toda funcionalidad militar, y conservando actualmente la de campanario del pueblo.
Sus calles se presentan en un terreno irregular que da lugar a numerosas cuestas, particularidad que transmite cierto pintoresquismo al casco urbano junto con los caserones de personajes ilustres.